
Saturnino Calleja Fernández fue el propietario de una editorial de cuentos para niños, una de las más famosas y con un mayor número de publicaciones en España. A partir de 1876, cominezan a publicarse Los Cuentos de Calleja, libritos muy baratos, pero siempre bien presentados, que contenían la traducción de obras infantiles ya publicadas en otros países. Tal fue su popularidad que pasó al lenguaje popular con una frase que ha llegado a nuestros días.
-Tiene más cuentos que Calleja- se dice de quien va contando mentiras por el puro placer de contarlas o, tal vez, para disculparse con historias inverosímiles.